Llega el frío y, con él, la preocupación por la factura de la calefacción. A todos nos han llegado consejos y trucos para ahorrar en calefacción y evitar que en invierno no pasar frío nos salga muy caro. Sin embargo, y aunque sea con la mejor intención, no todos los trucos valen. Por eso, te explicamos lo que de verdad funciona y los consejos que no dan resultado.
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Consejos para un buen uso de la calefacción
- Instala un termostato y adecua la temperatura a los horarios. No es cierto que salga más económico mantener la calefacción a una temperatura constante que encenderla y apagarla. Lo mejor es apagarla por la noche y cuando no estés en casa, y encenderla solo cuando la vas a aprovechar. Y cuando la enciendas, recuerda que lo aconsejable son 20-21º. A partir de ahí, cuantos más grados, más consumo, y además, más se reseca el ambiente.
- No hace falta tener la calefacción funcionando en toda la casa para que se mantenga caldeada. En las habitaciones que no uses, cierra el radiador o apágala mediante el termostato para ahorrar en calefacción. Con las puertas bien cerradas para que no escape el calor, las habitaciones que tú quieras estarán bien calentitas y no gastarás tanto.
- Revisa bien puertas y ventanas: da igual que sean pequeñas o que no lo notemos, si no están bien aisladas, el calor se escapa por ahí. Con doble cristal, podemos reducir esta pérdida en un 50%.
- Si quieres cambiar tu caldera, no te preocupes por los radiadores. Aunque existe la creencia de que las calderas de condensación necesitan radiadores más grandes, los de tamaño estándar son totalmente compatibles. Déjate asesorar por los profesionales de Nexdom.
- Y si eres amante de las energías sostenibles y quieres apostar por la energía solar, tampoco debes preocuparte. Los paneles solares pueden contribuir al sistema de calefacción. No notarás tanto el ahorro en calefacción como en el agua caliente, pero aun así puede llegar a ser del 40%.
Errores más habituales a la hora de usar la calefacción
- Los radiadores no sirven para secar la ropa. Pueden ayudar en un momento de apuro, pero es más aconsejable tender la ropa al aire libre y no tapar el radiador, ya que eso dificulta la emisión de energía y reduce su rendimiento.
- La luz solar es una fuente de calor muy importante. Aunque es cierto que de noche las persianas y cortinas ayudan a dejar el frío fuera, durante el día no pongas obstáculos y deja que entren la luz y el calor del sol a través de los cristales.
- Dejarla encendida siempre a una temperatura constante para evitar picos de consumo: aunque es una creencia muy extendida, eso no va a rebajar nuestra factura. Los expertos recomiendan apagarla por la noche o mantenerla a 15 grados durante las horas del día que no estemos en casa, y programar el termostato para que se encienda o suba de temperatura un poco antes de las horas en que vamos a disfrutarla. En caso de ausencias prolongadas, entonces sí, mejor apagarla.
- Poner la temperatura más alta de lo recomendado: para los frioleros, es una tentación, pero la recomendación es mantener la calefacción entre los 19 y los 21º. Esta se considera una buena temperatura de confort en el hogar y, si aun así, tenemos algo de frío, mejor abrigarse un poco más. Hay que tener en cuenta que por cada grado de más, gastamos un 8% más de energía.
- Pensar que con puertas y ventanas cerradas, el calor no se escapa: entre el 20 y el 40% de la calefacción se suele escapar por las ventanas. Por eso, tener un buen aislamiento puede contribuir a reducir una cuarta parte de la factura. Poner doble cristal, bajar persianas y correr las cortinas por la noche puede ser de gran ayuda.
Si el año pasado no quedaste satisfecho con el servicio o los precios, valora si otra compañía te puede ofrecer algo mejor. Al contrario de lo que puedan decirte, cambiar de compañía eléctrica o de gas no debe conllevar costes. Si decides hacerlo, la nueva compañía suele asumir las gestiones. Valóralo si quieres ahorrar en calefacción.