Las cocinas ocultas fueron creadas esencialmente para cubrir las necesidades de instalación de una cocina en espacios realmente pequeños, en los que cada decisión resulta fundamental para conseguir algunos centímetros más. A pesar de ello, en la actualidad, son muchas las propuestas de cocinas abiertas al salón y el comedor que se diseñan también como cocinas ocultas para crear espacios homogéneos y despejados. Aunque pueden permanecer invisibles, este tipo de cocinas, total o parcialmente ocultas, están completamente equipadas y perfectamente diseñadas para albergar todos los elementos que componen una cocina tradicional.
Estas propuestas mantienen un orden impecable en la superficie en la que se ubican, aprovechando al máximo el espacio, en áreas de reducidas dimensiones. Pueden utilizarse también en viviendas que precisen una segunda cocina, en espacios polivalentes y porches.
Sistemas y estructuras
Existen distintos tipos de sistemas para ocultar la cocina, entre los que destacan los cerramientos de persiana vertical, perfectos para cocinas mini que requieren una estructura exterior ligera que oculte el interior; las puertas basculantes, ideales para diseñar cocinas ocultas de corte contemporáneo, que pueden estar fabricadas en infinidad de materiales (lacados, planchas de acero, etc.) y generalmente se articulan mediante un motor que abre y cierra la estructura basculante, y las abatibles, que permiten crear un espacio que pase totalmente desapercibido, ya que pueden pintarse en el mismo tono que las paredes.
Mobiliario flexible
El mobiliario flexible de las nuevas propuestas de cocinas añade versatilidad a cada diseño para adaptarse a cualquier tipo de superficie. Estos programas de cocinas de nueva generación se componen de módulos independientes, columnas y paneles de pared que permiten generar fluidez en espacios diáfanos, abiertos al salón y el comedor.
Distribución en equilibrio. Diseño funcional y estético
Como en cualquier tipo de cocina, abierta o no, la distribución dependerá esencialmente de la forma del espacio y de la ubicación de elementos fijos como puertas, ventanas, columnas y otras piezas estructurales, a lo que se deberá de añadir la distribución de la zona de estar y el comedor, ambientes que comparten la misma superficie.
La distribución ideal
Con la distribución lineal se dispone sobre la pared más larga del espacio todo el equipamiento necesario, tanto para la zona de la cocina como para el salón o el comedor, de modo que se aprovecha al máximo el espacio disponible. La distribución en hilera, similar a la lineal, es perfecta para superficies rectangulares con una pared lateral con ventanales. De este modo, cada ambiente contará con luz natural. La distribución en ‘L’ es la mejor propuesta para cocinas abiertas ubicadas en una de las esquinas del espacio general que comprende también la zona de estar y el comedor.
Cuando se añade una isla o una península de cocina, se delimita el área destinada a la cocina sin perder amplitud visual, luminosidad ni zona de almacenaje.
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