¿Quieres un salón espacioso y diáfano donde los elementos imprescindibles sean más que suficientes? ¿Buscas una decoración sencilla y atemporal? En ese caso, el minimalismo es el estilo de base que más te conviene: se rige por el lema de «menos es más» y, si se hace bien, el resultado es pura elegancia. Sigue leyendo si sueñas con un salón minimalista.
Las claves del estilo minimalista para el salón
Si quieres un salón minimalista, debes aprenderte de memoria su máxima «menos es más». Fue Mies van der Rohe, uno de los pioneros de la arquitectura moderna, quien acuñó tanto el término como su lema y abogó por las líneas puras y sencillas.
Haz un listado con los muebles que son imprescindibles para tu salón y selecciona con cuidado los elementos decorativos. No olvides que el objetivo principal del minimalismo es ganar en espacio y en funcionalidad. El blanco es el color más utilizado para las paredes, pues después resulta muy sencillo combinarlo con otros colores, y se da prioridad a los materiales naturales, como la piedra o la madera.
El resultado de combinar todos estos elementos es una estancia moderna, elegante y atemporal que aporta una sensación de orden y calma.
No olvides que también puedes darle tu toque personal: el minimalismo no es lo mismo que el estilo nórdico, si bien el segundo está dentro del primero. Hay otros tipos de decoración que están englobados dentro del minimalismo, como el industrial o el japonés.
Cómo crear un salón minimalista
Limita el número de muebles
Piensa bien cuáles son tus necesidades y selecciona los muebles imprescindibles. Plantéate cuestiones como, por ejemplo, si realmente tienes tantas copas como para necesitar una vitrina o puedes guardarlas en un armario de la cocina. Ten cuidado también con los muebles auxiliares: lo mejor es evitar el exceso. No necesitas una mesa auxiliar en la esquina del sofá y otra delante, así que mejor elige una de las dos. No pasa nada si a los lados del sofá hay dos espacios vacíos; de hecho, es una opción que te ayudará a conseguir el efecto que buscas.
Decora con los elementos funcionales
Una buena opción para rebajar el salón de elementos decorativos (recuerda: ¡menos es más!) es decorar con los elementos que también tienen una funcionalidad, como, por ejemplo, las lámparas o las estanterías. ¿Por qué colgar cuadros si necesitas un lugar donde colocar tus libros?
Huye de la exuberancia
Si te gustan las cortinas dobles o tener el sofá lleno de mantas y almohadones, es posible que el minimalismo no sea el estilo que más se adapte a ti. La sencillez es clave, también en los elementos textiles. Si no quieres renunciar a tener tus mantas y tus cojines, siempre puedes buscar algún mueble o sofá que permita el almacenaje.
Limita también los colores
En un salón minimalista suelen primar las paletas de colores monocromáticas, es decir, formadas por tonos similares. Puedes elegir colores diferentes, por supuesto, pero si hay demasiado contraste entre los tonos o demasiados colores, el efecto será demasiado estridente.
Paredes lo más desnudas posible
En efecto, el «menos es más» también se aplica a los cuadros. Las paredes pueden quedar desnudas, siendo los muebles y textiles los únicos elementos en la decoración, pero si deseas colgar algún cuadro, también puedes hacerlo. Eso sí, cuidado con el estilo: una pintura impresionista, por ejemplo, no casaría mucho con el resto de la decoración.
La geometría es tu amiga
El minimalismo prioriza las formas rectas y sencillas: cuadrados, rectángulos… Cuida la geometría de tus muebles y tu distribución. ¡Esa es la clave!
¿Estás preparado para conseguir tu salón minimalista? ¿Cuál de estas ideas te gusta más?