También llamados falsos cabeceros, son la última tendencia en los dormitorios. Junto a la cama, son uno de los protagonistas y merecen especial atención. Ahora sabemos que hay más opciones que no suponen incorporar un mueble de más así que ganamos espacio y aportamos un toque original.
En los hogares más pequeños, cada centímetro cuenta y optimizar el espacio se convierte en una obligación. ¿Por qué no prescindir del cabecero si puedes ahorrarte mínimo 10 centímetros?
En busca de los mejores cabeceros pintados en la pared
100% Monocolor
En este caso, pintamos toda la pared del mismo color. Para enmarcar bien el cabecero, elegiremos uno distinto al resto del dormitorio. En este artículo, tienes más inspiración sobre colores.
Juega con las formas
Todo vale. Tu cabecero puede tomar vida propia y conseguir un grado de personalización. Puedes hacerlo de forma circular y con la ayuda de una plantilla, crear tu propio diseño de estilo mosaico.
O con las rayas
Las verticales son un clásico pero si quieres crear efecto de amplitud, píntalas en horizontal. ¿El resultado? Un cabecero que nunca pasará de moda.
Prueba a crear un diseño único con vinilos para la pared.
Hasta el techo
Puede parecer que es un efecto inacabado pero una de las últimas tendencias nos invita a pintar una franja como pared del cabecero y seguir un poco más en el techo.
Figuras geométricas
Es otro de los motivos visuales más sencillos de plasmar y que funciona muy bien en dormitorios modernos, en los que están presentes las líneas rectas. Presta especial atención a la elección de los colores para destacar cada figura.
Cabeceros infantiles
En este caso, no hay excusa para dejarse llevar por la imaginación. No pintes un cabecero. Pinta todo aquello que haga soñar a los pequeños, por ejemplo, un arco iris o una lluvia de estrellas.
La inspiración nunca duerme y te espera aquí.
El cabecero protege nuestros sueños y es el centro de todas las miradas, el punto focal del dormitorio junto a la cama. Con estas ideas, sin perder espacio, ganarás estilo fácilmente. Porque a veces, menos es más.